Turbinenfabrik AEG. Peter Behrens y los "templos del trabajo"...

Por fin Javier ha salido del lado oscuro y, a lomos de su MacBook Pro de 15 pulgadas, retoma el trabajo en este blog con ilusión renovada. Sobre todo, después de la semana de vacaciones que se ha pasado en Berlín, disfrutando de las más diversas arquitecturas que pueblan esa maravillosa ciudad.

Más de uno no entenderá por qué dedicamos la primera entrada sobre arquitectura berlinesa a una nave industrial, pero es que no es "una" nave industrial. La Turbinenfabrik AEG (Fábrica de Turbinas de AEG) es "la" nave industrial y, aunque pueda parecer mentira, uno de los edificios más importantes, influyentes y emblemáticos del siglo XX.

Peter Behrens

Peter Behrens, el arquitecto que la concibió, fue un pionero en todo lo que emprendió. Baste decir que inventó el concepto de "identidad corporativa" (hoy fundamental para tantas empresas y marcas) y que logró que los estudiantes que colaboraron en su estudio; como Walter Gropius, Adolf Meyer, Mies Van der Rohe y Le Corbusier; difundieran sus ideas por todo el mundo.

Peter Behrens nació en Hamburgo el 14 de abril de 1868 en el seno de una rica familia. Huérfano a los catorce años, quedó bajo la tutela de Karl Sieveking, miembro de otra familia prominente de Hamburgo. Se formó como pintor entre 1886 y 1889 en Düsseldorf y Karlsruhe.

En 1890, una Alemania que llevaba solo veinte años unificada y vivía con inquietud la dimisión de su "canciller de hierro" (Otto von Bismarck), reflexionaba sobre su futuro político y económico.

"Numerosos críticos sostuvieron que una mejora en el diseño, tanto en las artes como en la industria, era esencial para la prosperidad futura, y que Alemania, carente de una fuente de materiales baratos o de unos fáciles canales de salida para los artículos de bajo precio, solo podía empezar a competir por una porción del mercado mundial mediante productos de una calidad excepcionalmente alta." (Kenneth Frampton; "Historia crítica de la arquitectura moderna")

Hoy en día, aún identificamos a la industria y los productos alemanes con esa altísima calidad de diseño y ejecución. Peter Behrens se sumó a esa corriente de pensamiento en el mismo año 1890, en que contrajo matrimonio y empezó su trabajo como pintor, ilustrador y calígrafo, con una forma de hacer muy cercana al movimiento "Arts and Crafts" (artes y oficios), que venía de Inglaterra.

Viviendo en Munich por entonces, el aún pintor Peter Behrens fundó junto con artistas de los círculos bohemios de la ciudad la "Secesión de Munich". Esta "sezzesion" (que en la práctica significaba que los artistas que la formaban se apartaban de los grupos soportados oficialmente por el Estado o sus administradores) siguió al primer movimiento de este tipo, que se había dado en Francia dos años antes, y se adelantó en más de cinco años a la conocidísima "Secesión de Viena", en la que participarían artistas como Gustav Klimt, Josehp Maria Olbrich, Richard Wagner, Egon Schiele o Oskar Kokoschka. Esto nos puede dar una idea de que, al aproximarnos a la figura de Peter Behrens, estamos ante un visionario.

En 1899 acepta una invitación del duque Ernst-Ludwig de Hesse para integrarse a la colonia de artistas que acababa de establecer en Darmstadt. En ella, un Peter Behrens autodidacta en arquitectura, diseñará y construirá como una "obra de arte total" su primera casa. Diseña el edificio, los jardines, las lámparas, muebles, alfombras, vajilla, cristalería, cubertería, toallas, etc. Se vuelve a adelantar así al lema "Vom Sofkissen zum Städtebau" (desde los cojines de los sofás a la construcción de ciudades), que adoptaría la "Deutscher Werkbund (DWB)", que también él fundaría con otros diez artistas en 1907.

La primera casa de Behrens marcaría su evolución hacia un lenguaje en el diseño más austero, sobrio y geométrico. Su profunda reflexión sobre el empleo de técnicas industriales en el diseño y ejecución de cualquier objeto, aparece de forma clara a partir de entonces en su obra.

En ese año 1907, tanto se identificaba e implicaba Behrens con los nuevos ideales de la recién fundada "Deutscher Werkbund", que pasaron a apodarle "Mister Werkbund".

Ese mismo año, la compañía "Allgemeine Elektricitäts-Gesellschaft" (compañía general de electricidad), más conocida como AEG, daría un paso sin precedentes que ninguna otra empresa ha superado hasta nuestros días. Nombra a Peter Behrens asesor artístico de la compañía, dejando bajo su mando y supervisión, desde el diseño de lámparas y electrodomésticos, hasta el de su logotipo, publicidad, tiendas y exposiciones, fábricas y viviendas de sus empleados. Behrens se enfrentaba así a uno de sus más grandes retos y acuñaba el concepto de "humanización del diseño industrial", entendiendo que al arte debía englobar también los objetos industriales.

Un cartel con una lámpara diseño de Behrens y la Turbinenfabrik al fondo

En 1908, Peter Behrens y el sociólogo Otto Neurath inventan el concepto de "identidad corporativa". Desarrollan y aplican un estilo unitario para la AEG. Una imagen distintiva que la empresa asimila y aplica, tanto en su funcionamiento y esquema interno, como en sus relaciones externas con clientes, proveedores y otras empresas. El cenit de los primeros años de esta relación con la AEG es la fábrica de turbinas que diseña y construye en el distrito berlinés de Moabit entre los años 1908 y 1909.

La Turbinenfabrik AEG en la época de su construcción

Otra imagen de la fábrica en los años de su construcción

La nave estaba destinada a la fabricación de la maquinaria pesada de la AEG, las turbinas de los generadores para centrales eléctricas. De hecho, son dos naves paralelas, ya que se adhiere a la izquierda de la nave principal una más pequeña de fachada rectangular y cubierta plana.

Sección de la Turbinenfabrik

Imagen general de la Turbinenfabrik AEG hoy en día

Lateral de la Turbinenfabrik

Los grandes paños vidriados entre pilares

La nave principal, que se alargaría en 1939, cuenta con una anchura de 25 m y una altura idéntica. Su estructura está compuesta por pórticos de pilares metálicos, que aparecen al exterior sin revestimientos y con sus pernos y articulaciones a la vista, entre enormes paños vidriados que, inclinándose levemente a medida que ganan altura, otorgan potencia y volumen a la cornisa lateral. Sobre los pilares, arcos de perfilería metálica de triple articulación soportan la cubierta, mientras que, hacia el interior, hacen lo mismo con la grúa puente que permite mover las enormes piezas a los largo de la longitud de la fábrica. El frontal está flanqueado por dos pilones de apariencia maciza que se van estrechando con la altura y flanquean un gran ventanal sobre el que parece descansar el frontón opaco de apariencia pesada que, completamente liso, acoge solo en grandes caracteres el nombre de la fabrica y el logotipo de la empresa AEG que el mismo Behrens diseñase el año antes. Cabe decir que la apariencia poderosa y maciza del frontón es tan solo eso, apariencia. En realidad no es más que un fino revestimiento de hormigón colado (material del que también están fabricados los pilones de la fachada principal) sostenido por una malla de acero. Para el diseño y ejecución de la nave, Behrens contó con el ingeniero Karl Bernhard.

Uno de los pilares mostrando sus pernos y la articulación de la base

El frontal de la nave con el gran paño vidriado

Uno de los pilones laterales, con la vista del volumen de la cornisa

El impresionante frontón de la Turbinenfabrik

La detallada proporción, impresionante imagen y cuidada geometría de esta fábrica, se ha relacionado desde que fue erigida con un templo clásico. Las referencias son muy evidentes. La columnata lateral de potentes elementos verticales entre los que se suceden elementos huecos y la tremenda potencia del frontón con otros elementos verticales y otro gran paño hueco. Por ello, la Turbinenfabrik AEG se ha considerado en la historia de la arquitectura, como uno de los primeros "templos del trabajo".

El nombre de la fábrica y el logotipo de AEG que diseñase Behrens en 1908

El convencimiento de Peter Behrens de que se podía hacer gran arte y gran arquitectura en elementos industriales se percibe en esta fábrica con enorme nitidez.

La nave lateral de la Turbinenfabrik

Vista general del "templo del trabajo"

El gran maestro Behrens seguiría hasta su fallecimiento en 1940 diseñando, colaborando con empresas e impartiendo clases de arquitectura en Berlín. Clases en las que parece ser que decía a sus alumnos una frase de un poema de Robert Browning que uno de ellos (Mies Van der Rohe) llevaría por todo el mundo como lema propio. "Less is more" (menos es más).

Se dice que otro de los grandes arquitectos alemanes, Erich Mendelsohn, aconsejaba no olvidarse de ir a ver el edificio de la Turbinenfabrik AEG si se viajaba a Berlín. "Con verlo es suficiente...", decía. Javier siguió este consejo y no olvidó una visita que le llenó de una enorme emoción, recordándole por qué es arquitecto y por qué admira a este arquitecto y este edificio desde que lo conoció estudiando primero de arquitectura.