Cuando los arquitectos están en sus escuelas, se les enseña excesivamente a soñar con lo grande... Museos, bibliotecas y auditorios son paradigmas de los proyectos que presentan en trabajos académicos. Sin embargo, la realidad de la vida es que, acabada su formación, la mayoría de los sueños de los arquitectos se centrarán en lo pequeño. Ahí es donde el arquitecto debe demostrar que lo es. Si no, corre el riesgo de pasar su vida sin soñar y así, tampoco me dejará soñar a mí; al ladrillo que quiere ser arquitectura sea cual sea el tamaño de la obra.
El arquitecto que me da voz, poquito a poco y tras 19 años de profesión va descubriendo esta realidad. Le gusta también soñar que hace arquitectura con los proyectos pequeños. El año pasado soñó un proyecto que le dejó bastante contento, aunque aún no se ha construido. Es un módulo de vestuarios en una complicada esquina del patio de un colegio sevillano. Soñó con un triángulo que se adaptaban a la forma de la esquina. Con un pequeño edificio blanco y claro, iluminado y ventilado desde un hueco corrido que recorre todo su perímetro bajo la cubierta, protegido con unas lamas horizontales. Las entradas, como ajenas a la forma triangular se producen por los vestíbulos en acero corten. De acero también es la estructura, aunque se cubre con ladrillos y morteros blancos. No sé que te parecerá a ti que lees esto, pero la verdad es que se permitió soñar.
7 comentarios:
Las grandes bibliotecas, museos, estadios, puentes... nos pueden producir admiración, sobrecogimiento. Pero creo que son los ladrillos de las pequeñas casas, aulas, vestuarios, los que recogen y guardan cada minuto de nuestras vidas. Yo aún recuerdo las paredes de mi clase de preescolar, y sus pequeñas ventanas que para mi eran inmensas, la casa en la que viví de pequeña, la casa de mis padrinos, la Iglesia de mi barrio, mi actual casa...son edificios sin aparente importancia arquitectónica, pero esos ladrillos conocen toda mi vida. Así que para mi siempre serán más importantes.
Gracias a ti , y a los arquitectos que con tanto cariño y esfuerzo hacéis hermosa la arquitectura pequeña y a la vez tan grande de nuestro día a día.
¿Se va a construir esto?
Ignacio, no lo sé. No depende de mí. Si fuese por mí sí se haría porque además, aunque es un proyecto muy pequeño, le tengo mucho cariño.
La verdad es que estaría bien, ayudaría mucho, y si las duchas de esos vestuarios tuvieran agua caliente, ayudarían mucho más.
Estaría bastante bien porque los de ahora son un poco antiguos. Javier, ¿Cuánto has tardado en terminar el proyecto?
Javier:
Me parece una idea buenísima aprovechar este espacio inútil para crear unos nuevos vestuarios, ya que los necesitamos.
El proyecto es original y bonito, pero lo más original es la forma de presentarlo, dándole vida a un ladrillo.
¿Cómo has conseguido hacer el montaje fotográfico para que parezca real?.
Ignacio. El proyecto se hizo junto con otros más en el estudio, así que no sé exactamente el tiempo que llevaría este. Unas cuatro semanas más o menos.
María. Se saca una foto desde un lugar cuya posición se mide con precisión en planta y se estima la altura desde el suelo. Luego en el ordenador haces un dibujo en 3D y le sacas una imagen renderizada (con texturas, luces y colores) desde el mismo punto y montas uno con otro.
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