Ya era hora de que alguien mirara por los sentimientos del pobre ladrillo. Algunos tienen suerte y acaban formando parte de grandes obras mundialmente conocidas, pero otros... pobres mios, se ven abocados a la más triste de las existencias en edificios carentes de toda belleza. Está bien que alguien les dedique un momento y un espacio. Un abrazo Migue
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Ya era hora de que alguien mirara por los sentimientos del pobre ladrillo.
Algunos tienen suerte y acaban formando parte de grandes obras mundialmente conocidas, pero otros... pobres mios, se ven abocados a la más triste de las existencias en edificios carentes de toda belleza.
Está bien que alguien les dedique un momento y un espacio.
Un abrazo
Migue
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