Me comentaba Javier el otro día que Marta, una de sus alumnas, decía quererse dedicar en el futuro a la rehabilitación de edificios. Bellísima dedicación porque nos da la oportunidad de volver a soñar. Los ladrillos somos así. No nos basta el sueño antiguo y ya deteriorado. Nos encanta que en ciudades y edificios con historia nos den una nueva oportunidad para soñar.
Dice Javier que la rehabilitación es también una oportunidad de soñar para los arquitectos. De meterse en la piel del primero que soñó el edificio. De despreciar a quienes en muchas ocasiones lo maltrataron a lo largo de su historia generando reformas de pesadilla sin sentido. De volver a interpretar desde otro tiempo el mismo espacio. De ver por fin al acabar la valiente prestancia de la construcción que seguirá desafiando al tiempo.
Me ensañaba Javier unas fotos de una de las rehabilitaciones que más le gustó hacer. Una casa en una calle del centro mismo de Sevilla. Casa señorial de tres plantas maltratada por divisiones increíbles para reconvertirla en una sucesión de pisuchos y cuartuchos. Catalogada de protección integral y sin embargo machacada, a punto de venirse abajo por la ruina de su historia. Tan mal estaba que al rehabilitarla hubo que dejarla casi en el cascarón, cambiando todos los forjados, reasentando muros, sustituyendo a compañeros ladrillos que habían perecido en arena bajo el yugo del tiempo y la humedad.
¡Qué gusto ver la obra terminada! ¡Qué gusto haberse permitido volver a soñar un edificio en nuestro tiempo que hasta se incorporó por primera vez en Sevilla a un inmueble de viviendas un sistema de climatización por techo radiante-refrigerante! ¡Qué gusto descubrir cuando se estaba ejecutando la obra que la casa se apoyaba sobre un paño de las murallas de Sevilla que por llevar alicatado con infames azulejos blancos casi cincuenta años estaba en casi perfecto estado!
Estado del patio central antes de la rehabilitación. Montera y ventanas podridas.
Estado del patio central tras la rehabilitación.
Estado del cierre al patio trasero y del patio trasero antes de la rehabilitación.
Estado del mismo cierre y del patio tras la rehabilitación.
Imagen del mismo cierre desde el propio patio trasero. El muro de la izquierda es la muralla de Sevilla.
Vista de la azotea, los trasteros y las monterasde los patios antes de la obra.
Vista de lo mismo tras las obras.
Vista del balcón principal de fachada, a punto de derrumbe por su derecha, antes de la rehabilitación.
El mismo balcón justo al final de las obras. La fachada vuelve a lucir su color original tras analizar mil capas de pintura superpuestas.
4 comentarios:
Gran artículo, y bellísimas imágenes de la rehabilitación, Javier. Enhorabuena por haber sabido mimar a estos ladrillos.
Javier,¿la Marta de la que hablas es la de 1ºG?
Muchas gracias javier.
Me gusta mucho el resultado, enhorabuena.
Marta.
¿Y el día 25 de enero comentas una entrada que te dediqué el 28 de noviembre? ¡Eres rapidilla! Jua, jua, jua.
Un beso.
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